miércoles, 14 de agosto de 2013

l. “LA NOCHE OSCURA DEL ALMA”







 “La noche oscura del alma

La noche oscura del alma describe las experiencias “negativas” 
que pueden darse durante una crisis espiritual, y “El encuentro con lo Divino”
El Invitado está en tu interior, y en el mío; sabes que en el brote se esconde la semilla. Todos luchamos; nadie ha ido lejos. Abandona tu arrogancia y mira en tu interior. El cielo azul se abre más y más. Se aleja la sensación de fracaso diario, el daño que me he inflingido desaparece, un millón de soles se acerca con su luz, cuando con firmeza me siento en ese mundo. 



El hambre del alma  es  más urgente que el propio alimento
“Lo peor que puedes hacer es resistirte a lo que ocurre; eso sólo lo volverá más difícil, Lo mejor es meterse y dejarse ir

por completo en lo que surge, experimentarlo intensamente
Cuando uno esta en un proceso de limpieza, que las emociones viejas retenidas, las memorias y las experiencias que 
están causando problemas van a ser removidas. Más que una 
enfermedad, éste es un paso hacia la curación y, a pesar de ser doloroso en ese momento, con el tiempo se saldría con una nueva 
claridad, libertad y paz. 


 Científicos han llegado a una comprensión mística del universo y a 
una espiritualidad cósmica a través de su investigación. Sin embargo, es mucho más común que se dé exactamente lo opuesto: personas que en su niñez han recibido una educación religiosa muy estricta encuentran insostenible una visión espiritual del mundo cuando tienen acceso a la información que la ciencia occidental ha obtenido.
Y como todos aquellos que se desmayan por un exceso de placer y alegría, ella permanece como inconsciente en los brazos divinos y el pecho divino. Ya no le importa nada excepto abandonarse a esta alegría, alimentada por la leche divina... Esta embriaguez celestial en la que se deleita y se aterroriza a un tiempo... esta locura santa... 
SANTA TERESA DE AVILA, 
pensamientos sobre el amor de Dios




Creo que la conciencia y la psique humana son mucho más que productos accidentales de procesos fisiológicos en el cerebro: son reflejo de una inteligencia cósmica que permea toda la creación. No somos solamente máquinas biológicas y animales altamente desarrollados) sino también campos de conciencia ilimitados que 
trascienden el tiempo y el espacio. En este contexto, la espiritualidad es una dimensión importante de la existencia, y descubrir este hecho constituye algo deseable en la vida humana. Para algunos, este proceso toma la forma de experiencias inusuales que pueden ser por momentos perturbadoras y dramáticas; éstas son crisis de transformación,  “emergencia espiritual”

Mirando hacia atrás, valoro mucho lo que he atravesado, aunque en ocasiones me siento exigido hasta el límite.
 Ser estudiante de AMORC fue un acontecimiento que ha tenido consecuencias que han cambiado mi vida Emprendí una fantástica aventura intelectual, filosófica y espiritual que ya lleva más de cuatro décadas. Durante este tiempo, mi visión del mundo se ha visto socavada y destruida muchas veces por experiencias y observaciones diarias de carácter extraordinario.
Soy,somos parte  de la unidad con la humanidad, la naturaleza y el cosmos.




¿QUÉ ES EL SURGIMIENTO DE LA ESPIRITUALIDAD
Para comprender el problema de la emergencia espiritual, uno debe verlo en el contexto más amplio del surgimiento de la espiritualidad, como la complicación de un proceso de evolución que lleva a una forma de vida más madura y realizada. Las enseñanzas místicas de todos los tiempos giran alrededor de la idea de que la sola búsqueda de bienes y meras materiales no expresa en absoluto el potencial del ser humano. De acuerdo con este punto de vista, la humanidad es una parte integral de la energía creadora y la inteligencia del 
cosmos, y es, de alguna forma, idéntica y conmensurable con él. El 
descubrimiento de la propia naturaleza divina puede conducir a una forma de ser, tanto a escala individual como colectiva, incomparablemente superior a lo que se considera normal. El filósofo neoplatónico Plotino lo sintetizó de esta 
manera: “La humanidad está a mitad de camino entre los dioses y las bestias”. Muchos sistemas espirituales han descrito niveles y estados mentales más altos que conducen a la realización de la propia naturaleza divina y a la conciencia de Dios. Este espectro del ser es caracterizado por un aumento progresivo en la sutileza y el refinamiento, un menor grado de densidad, una mayor percepción abarcadora y una mayor participación en la inteligencia 

cósmica El sistema más conocido que refleja las posibilidades del desarrollo de la conciencia es la idea india de los siete chakras, o centros de energía psíquica. Los chakras están ubicados en diferentes niveles del eje central del organismo humano, en el llamado cuerpo energético o “cuerpo sutil”. El grado 
de apertura u obstrucción de los chakras de una persona determina la forma en la que vive el mundo y se relaciona con él. Los tres chakras inferiores gobiernan las fuerzas que impulsan el comportamiento humano antes del despertar espiritual —el instinto de supervivencia, la sexualidad, la agresión, la competitividad y el consumismo—. Los chakras superiores representan el potencial de experimentar y llegar a niveles del ser cada vez más imbuidos de 
la conciencia cósmica y la percepción espiritual. En términos generales, el surgimiento de la espiritualidad puede definirse como el paso de un individuo a una forma de ser más expandida, lo que entraña una mayor salud emocional o psicosomática, una mayor libertad en las elecciones personales, un sentido de profunda conexión con las otras personas, la naturaleza y el cosmos



. Una parte importante de es te desarrollo lo constituye el aumento de la percepción de la dimensión espiritual de la propia vida y el esquema universal de las cosas. 
Todos los seres humanos poseen la característica innata de ser capaces de desarrollar su espiritualidad. La capacidad de crecer espiritualmente es tan natural como la disposición de nuestros cuerpos hacia el crecimiento físico, y el renacimiento espiritual es una parte tan normal de la vida humana como el nacimiento biológico. Como el nacimiento, durante siglos el surgimiento de la 
espiritualidad ha sido considerado por muchas culturas como una parte intrínseca de la vida; y, así como el nacimiento, también ha sido patologizado en la sociedad moderna. Las experiencias que ocurren durante este proceso abarcan un amplio espectro de profundidad e intensidad, yendo desde lo muy suave hasta lo desbordante y perturbador. 

Los procesos del despertar espiritual son tan sutiles y graduales que suelen volverse casi imperceptibles. Luego de un período de meses o años, una persona mira hacia atrás y se da cuenta de que su comprensión del mundo, sus valores, sus parámetros éticos y estrategias de vida han cambiado profundamente. Tal vez el cambio comience con la lectura de un libro que transmita un mensaje tan claro y convincente que sea imposible de ignorar. Se deseará saber y conocer más; luego, por coincidencia, su autor dará     una conferencia en esa ciudad. Así, se conocerán otras personas que comparten ese entusiasmo, se descubrirán otros libros y se concurrirá a más conferencias y talleres. ¡Ha comenzado el viaje espiritual! En otras ocasiones, la percepción de lo espiritual se introduce en la vida como una percepción más profunda, 
distinta de las situaciones de la vida cotidiana. Tal vez, alguien entre en la catedral de Santiago de Compostela con un tour y,súbitamente, se sienta desbordado por el pórtico de la gloria o
por  el botafumeiro, por el juego de la luz en su interior, por la 
grandeza de su interior. El recuerdo de ese gozo y la sensación de 
estar conectado con algo más grande que uno mismo permanece. 
Transformaciones similares de la percepción han ocurrido durante un paseo por el campo a través de la majestuosa belleza de la naturaleza, o en cualquier otro ambiente natural impresionante. Para muchos, la puerta a los dominios trascendentales se ha abierto a través del arte. Ninguna de estas personas podrá volver a considerarse a sí mismo como un ser aislado. Han tenido experiencias vívidas y convincentes que los transportaron más allá 
de las restricciones de su cuerpo físico y de un concepto limitado de si mismos hacia una conexión con algo externo a ellos. No obstante, cuando el surgimiento de la espiritualidad es muy rápido y dramático, este proceso natural puede devenir en una crisis y transformarse en una emergencia espiritual. 
La gente en tales crisis se ve bombardeada por experiencias internas que desafían sus viejas creencias y formas de vida, y su relación con la realidad puede cambiar con mucha rapidez
De golpe se sienten incómodos en un mundo antes conocido y es probable que hasta les resulte difícil enfrentar las exigencias de la vida cotidiana. Tal vez tengan graves problemas para distinguir su mundo interior de visiones del mundo exterior de la realidad 
cotidiana, así como es también factible que experimenten potentes energías que les recorren el cuerpo y les causan temblores incontrolables. Llenos de miedo y resistencia, lo más probable es que gasten mucho tiempo y emergía en tratar de controlar lo que sienten como un acontecimiento interno arrollador. Quizás se sientan impulsados a hablar de sus experiencias y percepciones con 
cualquiera, y parezcan estar desconectados de la realidad, partidos o con delirios mesiánicos. Sin embargo, cuando se les ofrece comprensión y guía, en general cooperan y están agradecidos por tener a alguien con quien compartir su travesía.
Debería destacarse que el surgimiento de la espiritualidad y la 
emergencia espiritual representan un continuum no siempre fácil de diferenciar. 
A lo largo de este recuento, utilizare el término emergencia espiritual por considerarlo conveniente y para simplificar, aunque en ocasiones hablare de situaciones que, para ciertas personas y en condiciones específicas, responden mejor ‘a la categoría del surgimiento de la espiritualidad




Aun los más dramáticos y difíciles episodios de una emergencia espiritual son etapas naturales en el proceso de la apertura espiritual; pueden ser benéficos si las circunstancias son favorables. La activación de la psique que caracteriza a tales crisis entraña una limpieza total de viejos re cuerdos y fijaciones traumáticas. Este proceso es, por su misma naturaleza,potencialmente curativo y transformador. Sin embargo, tanto es el material psicológico que sale a la superficie desde los distintos niveles del inconsciente que interfiere con el funcionamiento cotidiano de la persona que lo experimenta. Por lo tanto, no es la naturaleza ni el contenido de estas experiencias sino su contexto lo que las hace parecer patológicas. Estados similares no sólo serían aceptables sino 
también deseables en psicoterapia experiencial con un@ guía experta, pero su larga duración a diferencia de las sesiones terapéuticas, estas experiencias pueden durar días o hasta semanas requiere que se tomen medidas especiales. Teniendo presentes estas consideraciones,  el término “emergencia espiritual”. Implica un juego de palabras: la palabra emergencia, sugiere una súbita crisis, proviene del latín emergere (surgir, elevarse, aparecer). Esta palabra indica así una situación precaria, pero también la 
posibilidad de elevarse a un estado más alto del ser.

El pictograma chino para crisis representa perfectamente esta idea: está compuesto de dos signos primarios, uno de los cuales significa “peligro”, mientras que el Otro significa “oportunidad”. 
Reconocer la naturaleza dual de la emergencia espiritual  peligro y 
oportunidad tiene importantes consecuencias teóricas y prácticas. Si se las comprende correctamente y se las trata como un estadio difícil en un proceso natural de desarrollo, las emergencias espirituales pueden conducir a una curación a nivel emocional y psicosomático, a cambios profundos y positivos de la personalidad y a la solución de muchos de los problemas de la vida


Surgimiento de la Espiritualidad 
Las experiencias internas son fluidas, suaves, 
fáciles de integrar. Introducción gradual de ideas 
y percepciones en la vida. 
Experiencias con energías contenibles, de fácil manejo. 
Se distinguen las experiencias internas de las 
externas, así como la transición de unas a otras. 
Facilidad para incorporar estados alterados 
de conciencia a la vida cotidiana. 
Un cambio lento y gradual en la percepción 
del propio ser y del mundo. 
Entusiasmo por las experiencias internas a 
medida que surgen, deseo y capacidad de 
cooperar con ellas. 
Aceptación del cambio. 
Facilidad para abandonar el control. 
Confianza en el proceso. 
Las experiencias difíciles se ven como 
oportunidades de cambio. 
Las experiencias positivas se viven como dones. 
Rara vez se necesita hablar de las experiencias. 
Se discrimina al hablar sobre el proceso 
(cuándo, cómo, con quien )

Emergencia Espiritual 
Las experiencias internas son dinámicas, 
desgarradoras y difíciles de integrar 
filosóficamente. 
Las nuevas percepciones resultan 
desafiantes y amenazantes filosóficamente. 
Temblores, sacudidas, energías que dificultan la vida cotidiana. 
Es difícil distinguir lo externo de lo interno, o se superponen. 
Las experiencias irrumpen y perturban la vida cotidiana. 
Un cambio abrupto en la percepción del propio ser y del mundo. 
Ambivalencia hacia las experiencias, pero deseo y capacidad de cooperar con la ayuda de un guía. 
Resistencia al cambio. 
Necesidad de controlarlo todo. 
Disgusto o desconfianza en el proceso 
Las experiencias difíciles son abrumadoras y se las rechaza. 
Las experiencias positivas no se aceptan, se 
viven como dolorosas e inmerecidas. 
Necesidad intensa de hablar de las experiencias. 
Se habla indiscriminadamente del proceso. 

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